Empezamos el mes de septiembre y desde la Unión General de Trabajadores vemos la necesidad de seguir poniendo la voz de alarma en relación al cambio climático y a las nefastas consecuencias de sus impactos sobre el medio ambiente, pero también sobre los trabajadores y las trabajadoras y la sociedad en general.
Impactos que son de especial relevancia en nuestro país. La región mediterránea es, según todos los estudios, una de las más vulnerables a los efectos del calentamiento global. Algo que se puede contrastar analizando, por ejemplo, la evolución de la temperatura. En España ha subido ya 1,5ºC desde la época preindustrial, cuando el aumento de la temperatura global del planeta se encuentra en torno a 1,0ºC.
Como consecuencia de ello, durante este verano hemos sufrido situaciones que nos han hecho sentir en primera persona la realidad del nuevo panorama al que nos enfrentamos. Y, sobre todo, han puesto de manifiesto que nos estamos quedando sin tiempo, que tenemos que actuar ya.
Tanto los meses de junio y julio de este año han sido los más cálidos desde que hay registros fiables, que arrancan en 1880. Durante estos dos meses hemos visto como tanto en nuestro país, como en el resto del mundo, se han producido olas de calor en las que se han superado records de temperaturas. Este hecho, además de todas las consecuencias medioambientales, ha llegado a asolar continentes enteros, afectando de tal manera que en más de un país se han visto obligados, por ejemplo, a interrumpir los servicios de transporte.
Y no hay que pasar por alto el impacto que genera en la salud de las personas y, particularmente, de los trabajadores y trabajadoras que realizan su actividad al aire libre. Debemos tener muy presente que varios de ellos han perdido la vida este verano. Desde UGT hemos lanzado una campaña en relación a las olas de calor “Así no se puede trabajar. Exige medidas de prevención contra el calor en tu centro de trabajo” y los riesgos que generan en el ámbito laboral. Es necesario implementar medidas preventivas para evitar las dañinas consecuencias de los golpes de calor entre los trabajadores y trabajadoras. Por tanto, es esencial que sean informados de los riesgos del desempeño de sus labores bajo altas temperaturas, así como que conozcan los síntomas del golpe de calor. Además, es necesaria una correcta organización del trabajo, con pausas que permitan recuperarse e hidratarse.
Otra dramática consecuencia que hemos vivido de manera especialmente intensa este verano son los incendios forestales. El riesgo de que ardan nuestros bosques aumenta cada año debido, fundamentalmente, al impacto del cambio climático y a la alta vulnerabilidad de los países de la cuenca mediterránea.
Los veranos son cada vez más largos y más cálidos. Además, cada vez llueve menos y por ello el sur de Europa arde con mayor virulencia. Actualmente nos enfrentamos a incendios que generan situaciones muy por encima de nuestra capacidad de extinción y contención. Hemos tenido un claro ejemplo de ello en el reciente incendio de Gran Canaria. El número de Grandes Incendios Forestales ha sido de 11, frente a los 7 que hubo de media en el decenio.
Además de un peligro real para nuestros bosques generan situaciones de emergencia y poniendo en peligro a la población civil, así como un elevadísimo riesgo para el personal que presta los servicios de prevención, detección y extinción de incendios forestales. De hecho, a finales de junio, un retén compuesto por cinco trabajadores casi pierde la vida en las labores de extinción de un incendio en la Comunidad de Madrid.
Un contexto en el que se hace imprescindible contar con una “cartera de mínimos” para asegurar que las CCAA dispongan de los medios y recursos necesarios para garantizar la lucha contra esta lacra, invirtiendo más en prevención y en la limpieza de los bosques en invierno que en la extinción de los incendios forestales.
Los grandes incendios forestales no son un fenómeno aislado o puntual. Vienen intensificados por los efectos del cambio climático. El aumento de la temperatura tiene unas implicaciones tremendas, que originan situaciones como las de la Amazonía, donde se han originado más de 40.000 incendios en lo que va de año. Estos incendios son altamente preocupantes. La selva amazónica y los bosques son prioritarios para fomentar la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la mitigación del cambio climático, por lo que es esencial poner todos los mecanismos y medidas necesarias para protegerlos.
No podemos mirar para otro lado, las olas de calor y los incendios forestales son otro reflejo más de la crisis y emergencia climática. Hay que actuar ya, siendo ambiciosos a la hora de implantar medidas y objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. Pero no puede hacerse de cualquier manera. Tienen que llevarse a cabo a través de una transición justa que garantice la justicia social, la igualdad y que no deja a nadie atrás en este proceso. Y este es un objetivo prioritario para UGT y para los sindicatos internacionales.
En este sentido, los sindicatos vamos a estar muy presentes en la próxima Cumbre de Acción Climática, del 23 de septiembre, que ha convocado el Secretario General de la ONU, António Guterres, en Nueva York, lanzando un llamamiento a todos los países a incrementar su ambición respecto al clima. Necesitamos situar la transición justa como un elemento central de esta Cumbre para una acción climática más ambiciosa.
De hecho, el propio Secretario General de la ONU ha invitado a los Gobiernos a refrendar una declaración sobre Transición Justa, comprometiéndose a “una transición ecológica justa, mediante la formulación de planes nacionales con vistas a la transición justa, creando trabajo decente y empleos verdes”. Esta declaración se apoya en la “Declaración de Silesia sobre Solidaridad y Transición Justa”, suscrita por 55 Gobiernos durante la COP24 celebrada en Katowice el año pasado.
Somos plenamente conscientes de la situación de emergencia climática a la que nos enfrentamos. Por ello, desde UGT estamos organizando, junto con más de 100 entidades y en línea con el movimiento internacional de Global Climate Strike, una serie de actos para la semana del 20 al 27 de septiembre, que terminarán con una manifestación multitudinaria en Madrid.
La crisis climática es el mayor reto de la Humanidad al que nos enfrentamos. Pone en riesgo nuestra propia existencia, impactando especialmente en las poblaciones más empobrecidas y vulnerables del mundo, así como en resto de seres vivos que habitan el planeta. Por ello instamos a toda la sociedad a que se movilice y se sume a la convocatoria global. No hay Planeta B.