Artículo de Paula Ruíz Torres, Vicepresidenta de Eurocadres, publicado en THE EUROCADRES BLOG
La pandemia ha convertido el teletrabajo en la regla y no en la excepción. Y la tendencia se podría mantener después de la pandemia. En la actualidad, ser una profesional que teletrabaja implica sufrir una doble carga al aumentar el volumen de trabajo tanto en el ámbito laboral como en la esfera privada.
Ante esta situación, se corre el riesgo de que muchas profesionales y/o directivas decidan abandonar o apartarse de su carrera laboral, ya que asumir el esfuerzo que supone el aumento del volumen de trabajo en la empresa y en el hogar resulta, en muchos casos, inasumible.
Las normativas y legislaciones relativas al teletrabajo o trabajo a distancia repercutirán en la igualdad de género a lo largo de los próximos años. Por ello, es de suma importancia, a la hora de negociar las normas, tantos factores como sea posible para evitar que la brecha provocada por el teletrabajo se sume a otras previas ya existentes. Si no se consigue regular esta modalidad de prestación de servicios de manera que no se conciba como fórmula para compatibilizar el trabajo y la vida personal, esta forma organizativa de trabajo se convertirá en una trampa para las mujeres: las mujeres no solo se quedarán en casa para trabajar, sino que también se harán cargo de todas las tareas familiares.
Es necesario que se aplique el derecho a la desconexión mediante una normativa legalmente vinculante (ver Eurocadres ‘ resolución sobre ‘Derecho a la desconexión ’), de manera que se pueda garantizar que las personas teletrabajadoras puedan tener, legítimamente, sus correspondientes horas de descanso y ocio
El teletrabajo tiene ventajas, desventajas y, por supuesto, trampas. Lo que hemos vivido en estos meses ha sido la improvisación y la imposición forzada de una forma organizativa de trabajo. En el futuro, eso debe regularse con condiciones justas e iguales para todos.
Es necesario que se aplique el derecho a la desconexión mediante una normativa legalmente vinculante (ver Eurocadres ‘ resolución sobre ‘Derecho a la desconexión ’), de manera que se pueda garantizar que las personas teletrabajadoras puedan tener, legítimamente, sus correspondientes horas de descanso y ocio. No debemos permitir, bajo ningún concepto, que se conciba el teletrabajo y el trabajo a distancia como soluciones de conciliación, ya que, tal y como hemos ido experimentando durante los últimos meses, ha perjudicado, claramente, a las mujeres.
También es importante que los hogares, especialmente cuando hay infantes en edad escolar, estén equipados con herramientas TIC proporcionadas por las empresas y por el gobierno, respectivamente. Es necesario prevenir los riesgos para la salud psicosocial asociados a la doble carga antes mencionada y los criterios de desempeño de los teletrabajadores deben reevaluarse continuamente y asegurar que constituyan objetivos alcanzables y realizables.
Debemos luchar para que el impacto y las desventajas del teletrabajo sean menos estresantes y perjudiciales para las profesionales y directivas, prestando especial atención a madres y madres solteras
Es importante implementar las disposiciones legales sobre riesgos psicosociales en el trabajo (ver la campaña de Eurocadres EndStress.EU pidiendo una directiva de la UE) . Las empresas deben realizar evaluación de riesgos laborales e implementar todas las medidas que ayuden a gestionar y solucionar aquellos problemas que pudieran derivarse del teletrabajo como es el burnout, ansiedad, depresión, tecnoestrés, horas extraordinarias, protección de datos, brechas de seguridad, etc.
Para que las mujeres no abandonen su carrera profesional y no se pierda el consiguiente talento, así como para asegurar que no se activa otra brecha de género, es necesario reevaluar el entorno laboral y todos aquellos aspectos que pudieran incidir negativamente sobre las profesionales y beneficiar a sus homólogos masculinos.
Las empresas deben ser conscientes de que en el nuevo mundo del trabajo es necesario establecer nuevas normas en cuanto a productividad y KPI (key performance indicators, indicadores de desempeño) para prevenir riesgos psicosociales y peligros relacionados con la salud mental.
El teletrabajo, tal y como lo hemos venido viviendo hasta ahora, ha resultado ser lesivo para las mujeres y nuestro objetivo debe ser conseguir un teletrabajo bueno y justo. Debemos luchar para que el impacto y las desventajas del teletrabajo sean menos estresantes y perjudiciales para las profesionales y directivas, prestando especial atención a madres y madres solteras.
Debemos trabajar juntos para promover el empleo de calidad, la protección de las personas trabajadoras, la igualdad de género y solucionar la falta de herramientas TIC adecuadas y de calidad. El gobierno, los interlocutores sociales y la sociedad, en su conjunto, deben participar si queremos que las políticas de compatibilidad entre el trabajo y la vida sean eficaces.