Artículo de opinión de Cristina Antoñanzas, Vicesecretaria General de UGT, en «Contrainformacion.es».
Puede que el título de este artículo sorprenda, como sorprendió en su momento cuando alzamos la voz por primera vez para exigir que mujeres y hombres teníamos que ganar lo mismo si realizábamos un trabajo de igual valor.
Entonces abrimos un camino imparable y hemos dado muchos pasos en materia de igualdad, pero seguimos padeciendo los mismos obstáculos a lo largo de nuestra carrera de cotización y esto es palpable cuando llegamos al final de nuestra etapa activa.
Si no corregimos las desigualdades entre mujeres y hombres antes de la jubilación, incrementaremos la pobreza femenina. La brecha de género será cada vez más amplia, y ya es del 34,64%.
Las mujeres percibimos, cuando nos jubilamos, una media de 6.000 euros menos que los hombres al año, dinero que se han ahorrado los empresarios cuando trabajábamos, pero que también se ahorrarán las arcas del Estado porque nuestra cotización a lo largo de nuestra vida laboral ha sido menor.
Y en este sentido, desde la Unión General de Trabajadores consideramos que habría que explorar nuevos caminos que permitan corregir las desigualdades en el acceso a la jubilación.
Caminos como, en materia de corresponsabilidad en los cuidados familiares, el reparto de cotizaciones entre los dos miembros de la pareja. De esta forma, si una mujer trabajadora accede a una reducción de jornada por motivos familiares, con la reducción correspondiente de salario y de cotizaciones, mientras que el otro progenitor desempeña su jornada a tiempo completo, se pueden repartir entre los dos las cantidades cotizadas, con el fin de minorar una fuerte reducción en la pensión de jubilación de las mujeres.
Lo planteó ya el Parlamento Europeo, que instaba a buscar mecanismos jurídicos para ver cómo podría implementarse para salvaguardar a la mujer, que tiene más riesgo de pobreza en edad avanzada.
Consideramos que es necesario reforzar los derechos de las mujeres en el sistema de pensiones. Y para ello el nuevo Gobierno debería ir más allá de la aplicación de la sentencia del Tribunal Constitucional en sentido estricto, y hacer extensiva la corrección para el desempleo y para los casos de incapacidad parcial o permanente, ya lo sean por enfermedad profesional o enfermedad común.
No se puede penalizar dos veces a la mujer en su vida laboral, y después de ella, por tener un contrato a tiempo parcial. Por este motivo, resulta imprescindible hacer extensible para las madres divorciadas, separadas, solteras o viudas con un hijo el 5% que se aplica ya si tienen dos hijos o más.
Es preciso realizar una auténtica revolución en el mercado laboral y frenar situaciones que están perjudicando el acceso y el mantenimiento de la mujer en él. Frenar el alto nivel de contratos a tiempo parcial, la mayoría involuntarios (el 74% son mujeres), mejorar la tasa de actividad y ocupación, la calidad del trabajo, una ley salarial que garantice igual salario por trabajos de igual valor y acciones positivas que faciliten la corresponsabilidad.
En este sentido, entre otras cosas, habría que crear Escuelas Infantiles públicas, gratuitas y de calidad de 0-3 años; e impulsar y garantizar en los hogares el cuidado de personas dependientes para las que tienen las rentas más bajas.
Además, reiteramos nuestra petición de que se tenga en cuenta el periodo de cotización que correspondería a las mujeres que hicieron el servicio social. Ya hay sentencias en este sentido.
Tenemos que seguir dando pasos en firme para romper con la desigualdad. Debe ser una misión del próximo gobierno, porque está en juego el futuro de muchas y muchos jubilados de nuestro país.