La Unión General de Trabajadores demanda al gobierno español y a las autoridades europeas que apuesten decididamente por una integración económica y fiscal mayor, que permita a la UE dotarse de herramientas anti cíclicas eficaces y generar los recursos adecuados para su financiación.
Y realiza un llamamiento para reorientar la construcción europea hacia la senda que le es propia: la que avanza y tiene como meta la democracia y la libertad, la justicia social, el progreso social, la sostenibilidad y la inclusividad.
Los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea (EU), reunidos en el Consejo especial desde el pasado viernes 17 de julio han llegado finalmente a un acuerdo que implica al Marco Financiero Plurianual y el Fondo de Recuperación “Next Generation Europe”.
La propuesta del Consejo, que se realizó la semana pasada, más algunos detalles adicionales de última hora, ha acercado el resultado final a las posiciones de los cuatro países, conocidos como “los cuatro frugales” o frugal four, liderados por Países Bajos y Dinamarca, de tal modo que respecto a la propuesta que realizaba la Comisión el pasado mayo, estos países aportarán menos fondos en el próximo marco; también ven aplazada la introducción de nuevas figuras fiscales (como venía a avanzar la reciente lucha por la presidencia del eurogrupo) ; se da un papel mayor al Consejo en la gestión de los fondos (alejando la gobernanza del procedimiento comunitario y debilitando el papel del Parlamento Europeo, que recientemente había consensuado una amplia mayoría en torno a un nuevo marco presupuestario y que apostaba por un cambio de rumbo frente a dogmas del pasado) al tiempo que, junto con otros Estados, mantendrán reembolsos anuales por algunos conceptos, a la manera del extinto cheque británico.
La situación de crisis hace preciso que los fondos correspondientes, y cuyo grueso debe asignarse en los próximos tres años, comiencen a estar disponibles lo antes posible y, en este sentido, la Unión General de Trabajadores (UGT) quiere poner en valor el que se haya llegado, por fin, a un acuerdo para la puesta en marcha tanto del fondo como del Marco Financiero Plurianual. Celebramos pues que se haya producido un acuerdo, pero no dejamos de señalar el que éste haya llegado tarde y el que su eficacia sea limitada debido la egoísta, insolidaria y miope actitud de determinados países.
UGT no comparte ninguna de las razones aducidas por los mal llamados frugales para cambiar los términos de la propuesta que realizase la Comisión Europea (CE), ni la dirección de sus reclamaciones. El resultado final resta potencia a la actuación europea en cuanto a mitigar el impacto de la crisis e incorpora un menor componente redistributivo respecto de los países más beneficiados por la UE, al tiempo que las dinámicas de gobernanza impuestas dificultan futuros procesos integradores. En opinión de UGT, esto es enormemente disfuncional y no hace sino acrecentar el problema de fondo que el proyecto europeo tendrá que afrontar tarde o temprano. El proceso de negociación de las actuaciones anticrisis ha vuelto a revelar la difícil compatibilidad entre dos maneras muy diferentes de contemplar el futuro del proyecto europeo: la que apuesta por el progreso y la integración, y la que sólo ve un menú a la carta en el que garantizar el interés de los menos. Esta confrontación, lejos de calmar, augura grandes dificultades en el medio plazo.
UGT valora positivamente el cambio de orientación de Alemania (la mayor economía de la Unión) respecto a la anterior crisis. Junto con el entendimiento con Francia, los dos mayores países de Europa se han comprometido en diseñar una actuación con capacidad real de amortiguar el choque producido por el COVID-19, y contribuir a un relanzamiento de las economías más igualitario. Esta apuesta rápida y decida supone, a ojos de UGT, una corrección de la óptica de la austeridad que caracterizó de manera desafortunada al enfoque europeo en la anterior crisis y que retrasó su recuperación respecto a otras áreas económicas.
La crisis del COVID no puede darse por finalizada hasta que no haya un tratamiento eficaz o una vacuna. La UE debe examinar si su gobernanza y el enfoque de su programa político son adecuados para encarar tanto la recuperación económica, como la extensión del Pilar Europeo de Derechos Sociales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que esta Comisión declaró como su estrategia a medio plazo.
UGT sigue demandando al gobierno español y a las autoridades europeas que apuesten decididamente por una integración económica y fiscal mayor, que permita a la UE dotarse de herramientas anti cíclicas eficaces y generar los recursos adecuados para su financiación. Al mismo tiempo, seguimos exigiendo el diseño de una gobernanza económica que no imponga sesgos en contra de los servicios públicos y de la inversión. Dentro de este esquema, un Banco Central Europeo con un mandato ampliado y la capacidad de monetizar déficit público, puede ser una de las soluciones que creemos más eficientes. Asimismo, UGT subraya su oposición a condiciones meramente ideológicas a la reconstrucción. La derogación de las reformas laborales españolas, sobre cuya nula eficacia existe un enorme consenso, sigue siendo imprescindible, así como o la privatización del sistema público de pensiones, camuflado en una reforma del mismo, es absolutamente inaceptable.
En un momento caracterizado por la revisión de aspectos capitales en la agenda económica de las últimas décadas y sus repercusiones que abarcan desde lo medioambiental a la aparición de movimientos antidemocráticos en los países desarrollados, UGT hace un llamamiento para reorientar la construcción europea hacia la senda que le es propia: la que avanza y tiene como meta la democracia y la libertad, la justicia social, el progreso, la sostenibilidad y la inclusividad.