DÍAZ AYUSO

Ayuso: “tu libertad me mata”

Artículo de Eva López, Secretaría de Políticas Sociales y Sector Público UGT-Madrid​

Nada hemos aprendido de las graves consecuencias que se traduce en muertes, desatención y dolor de una ciudadanía a la que se le pide como antídoto la libertad como slogan político de un gobierno irresponsable.

A finales de 2019, desde UGT Madrid presentamos un informe sobre la situación sanitaria en la Comunidad de Madrid. Denunciábamos la falta de recursos económicos y de dotación de personal, las repercusiones que estaba teniendo entre la autoestima de los profesionales que se traducía en desmotivación por la creciente sobrecarga asistencial, y también entre los ciudadanos, dificultades en el acceso a las prestaciones e inequidades. Una radiografía que reflejaba el maltrato y desinterés por parte de los sucesivos gobiernos del Partido Popular por un pilar básico del estado de bienestar y de acceso universal a la salud y la atención medida de la ciudadanía.

Luego sufrimos, con trágicas consecuencias en términos de pérdida de vidas humanas, la pandemia del Coronavirus, donde todo el sistema sanitario se colapsó: Los hospitales no eran capaces de asumir la demanda asistencial y la atención primaria irremediablemente se desbordó: se cerraron los centros de salud y los servicios de urgencias de atención primaria. Veinte meses después, con la inmunización de grupo alcanzada, los hospitales comienzan a recuperar la actividad asistencial, aunque con enormes listas de espera de los ciudadanos que necesitan ser atendidos en sus enfermedades y dolencias, pero que se postergó su atención sanitaria por la emergencia de la pandemia.

Nada hemos aprendido de las graves consecuencias que se traduce en muertes, desatención y dolor de una ciudadanía a la que se le pide como antídoto la libertad como slogan político de un gobierno irresponsable. Para la mayoría de la población madrileña, el derecho y el acceso a la protección de su salud se traduce, con la actual administración autonómica, a esperar más de una semana para ser atendido por su médico de atención primaria con los riesgos que ello puede conllevar para su salud. O a intentar saltarse el primer nivel asistencial acudiendo a unas urgencias hospitalarias saturadas por el cierre de los 37 SUAPS de que dispone la comunidad autónoma y por las demoras en atención primaria.

La sanidad madrileña es la peor financiada: la que menos porcentaje del presupuesto sanitario destina a atención primaria, la que destina el menor porcentaje de PIB a sanidad y la segunda con el menor gasto sanitario por ciudadano. La atención primaria madrileña es la que menor dotación de personal dispone, se encuentra a la cola en médicos de familia, pediatras y personal de enfermería y de las unidades administrativas, convirtiéndose de esta manera en los que más sobrecargas asistenciales soportan de toda España.

Sólo tenemos que fijarnos en los contenidos del proyecto de presupuestos para 2022 de Isabel Díaz Ayuso, donde se contemplan menos créditos para sanidad durante el próximo año a los gastos reales efectuados durante 2019 ó 2020. El esfuerzo presupuestario es paupérrimo. Este proyecto de presupuestos tiene un déficit de 1.146 millones de euros para igualar el gasto medio por ciudadano en España. Un dato a tener en consideración: El incremento del presupuesto para atención primaria entre 2019 y 2022 es menor que el registrado entre 2016 y 2019.

El Plan de Mejora de la Atención Primaria es claramente insuficiente

Las 1.200 plazas de contrataciones previstas en atención primaria quedan muy lejos de las 2.500 plazas que se necesitan en la actualidad. Además de este déficit de profesionales, que repercute directamente con la pérdida del nivel de calidad de la salud de los madrileños y madrileñas, hay que sumar el enorme agujero de las 1.500 plazas que quedarán vacantes durante los próximos años por jubilación.

Sin financiación adecuada, el Plan de Mejora es papel mojado. El presupuesto de menos de 73 millones de euros en tres años queda muy lejos de las necesidades reales que, según estimaciones moderadas y sensatas, están entorno a los 200 millones anuales.

La Comunidad de Madrid no puede decir que sirva a los intereses generales cuando los ciudadanos cada vez tienen más dificultades para obtener una cita presencial e incluso telefónica; cuando los enfermos crónicos siguen sin seguimiento de sus patologías, cuando multitud de ciudadanos carecen de la asignación de un médico de familia, yendo de profesional a profesional como falsa moneda, con los perjuicios que para su salud conlleva.  Tampoco puede decirse que la Comunidad de Madrid actúe con eficacia, cuando cada vez son mayores las vacantes sin cubrir, la sobrecarga asistencial y la insatisfacción de profesionales y ciudadanos. 

Mientras, en la Comunidad de Madrid, se impulsa bajo el slogan de libertad los privilegios de los que tienen recursos económicos para decidir que tipo de asistencia prefieren, frente a los que creemos y pensamos que la sanidad pública y universal de calidad es la más equitativa, justa y eficaz a la hora de preservar la salud individual y del conjunto de la ciudadanía.

Una última reflexión. No nos salvará de nuevas variantes del coronavirus y del aumento de los contagios un seguro privado. Tampoco la vacunación de los países ricos olvidando a las poblaciones de países con dificultades de acceso a las vacunas. Y mucho menos la estupidez irresponsable de un Gobierno Regional que habla de libertad como opción ideológica y que sirve de argumento a parte de la población para negarse a la vacunación, poniendo en riesgo la salud, la vida propia y también la de los demás.

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