Artículo de Pepe Álvarez, Secretario General de UGT, publicado en el blog Valor Sindical
El paro ha subido en un 22,9% (724 mil parados) en 2020 en España, respecto a los datos de diciembre de 2019, y la Seguridad Social ha perdido 360 mil afiliados. Hablamos de los peores datos desde 2009 para el paro y desde 2012 en lo que respecta a la afiliación a la SS.
2020 ha sido terrible tanto para la salud como para el empleo. Ambas van indudablemente de la mano. Pero una cosa buena ha tenido este año: quiero romper una lanza en favor de los ERTE y su papel en la disminución del despido masivo, protegiendo a millones de trabajadores del mismo (actualmente más de 755 mil).
Por ello, desde UGT seguiremos luchando cada día para garantizar que los ERTE sigan renovándose mientras dure la pandemia. El acuerdo al respecto debe ser prorrogado antes del 31 de enero. Consideramos que, junto a la subida del SMI, son acciones clave para sostener el consumo de nuestro país y que indudablemente nos ayudarán a encauzar la recuperación económica.
Pedimos, una vez más, al Gobierno que revierta la congelación del SMI, situación que consideramos injusta y contraproducente. Desde UGT consideramos que es posible y necesario que se alcancen ya los 1.000 euros al mes. El aumento continuado de los salarios debe suponer un estandarte para la justicia social y la eficiencia económica.
Los datos de paro de este pasado 2020 convierten la subida del SMI y el mantenimiento de los ERTE en necesidades de primer orden
También creemos que es necesario consensuar un nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva que sustituya al que finalizó el pasado 31 de diciembre (el IV AENC), que pueda ofrecer un marzo económico y laboral que minimice los conflictos en las empresas y apoye la recuperación de la actividad.
No nos olvidamos de la derogación de la nociva Reforma Laboral de 2012, que debe servir para hacer borrón y cuenta nueva con un nuevo marco laboral que, con la ayuda de unas reforzadas políticas de empleo, garantice un mercado laboral más equilibrado y eficiente. Y para lograrlo nos movilizaremos tantas veces como haga falta.
Por supuesto, la prevención y la salud pública respecto a la pandemia del COVID-19 deben seguir siendo, por supuesto, prioritarias. Del mismo modo que exigimos una gran inversión en la atención primaria para que la sanidad pública pueda atender y vacunar a toda la población, pedimos que tampoco se deje a nadie atrás en materia laboral; que incluso las personas trabajadoras más desfavorecidas pueden tener garantizados salarios dignos. Es nuestro compromiso con una sociedad que debe ser más justa e igualitaria.
